Señor Perro
de Oscar Ángeles y Verónica Bujeiro
bajo la dirección de Gabriel Figueroa Pacheco
Diógenes de Sinope fue representado por Jean-León Geromé en 1860 , dentro de una tinaja con su inseparable lámpara y rodeado de perros. ¿ Que hace de los perros ser la única compañía de un hombre que renegaba de toda convención social ? ¿ Su lealtad, su autosuficiencia, su amor incondicional?
Señor Perro , adaptación libre de Tombuctú de Paul Auster hecha por Oscar Ángeles y Verónica Bujeiro bajo la dirección de Gabriel Figueroa Pacheco , plantea la respuesta en el escenario.
Willy G. Christmas emula a un Diógenes; al igual que el cínico de Sinope, hace de Mr. Bones su única compañía, renuncia a llevar una vida confortable , a formar una familia , tener una carrera, ser alguien respetable. Le queda una llave de casillero, una tos infernal y un perro dotado de una increíble autoconciencia.
Sergio Ramos Ruiz y Leonardo Ortizgris son los Willy y el Mr. Bones de Señor Perro. Sergio Ramos Ruiz pasa del vagabundo Willy al Willy de la Epifanía navideña o al Willy catrín residente en Tombuctú con tanta ligereza y naturalidad que hace olvidar que estamos en un espectáculo en vivo , sin segundas tomas ni teleprompters. Su voz aguerdientosa evidencia las malas pasadas de Willy, voz-cicatriz , voz-testigo, voz-refugio y voz-oráculo. Voz que resulta divina a ese pequeño ser llamado Mr. Bones, Herr Doktor, kemosabe, su interlocutor y confidente, quien parece entenderle a la perfección no sólo fonética y gramaticalmente, sino que alcanza un nivel de comprensión y empatía superior a la que pudiéramos tener entre humanos.
Mr. Bones teme la muerte próxima e ineludible de Willy, en estas últimas horas en las que se hallan perdidos en Baltimore buscando a la maestra de preparatoria Bea Swanson para que sea la albacea de los escritos willyeanos. Cada arranque de tos o somnolencia erizan los pelos de Leonardo Ortizgris/Mr Bones quien se sujeta a Willy como si se le fuera la vida en ello.
¿ Qué será de él a la muerte de Willy? Se repite constantemente " perro viejo no aprende truco nuevo, perro viejo no aprende truco nuevo" ¿ A quién ha de serle necesario? Por eso deben encontrar a la vieja Bea, para asegurarle techo y comida.
Y no fue así, sólo en sus sueños , Bea ( Paula Comadurán) se encuentra en el lecho de muerte con Willy . Sin Bea , Mr. Bones está destinado a correr, a huir del ruido de las patrullas, de los niños molestones, a conseguir su comida, está forzado a reavivar sus instintos perdidos tras la domesticación; entonces se encuentra a Henry Chow, el niño chino de buen corazón que lo lleva a casa para esconderlo , temeroso de sus padres. Jimena Montes de Oca encarna a un Henry alegre, juguetón, tierno y con una gran necesidad de dar y recibir afecto.
Después de huir de la casa de Henry, Mr. Bones va a dar al típico hogar clasemediero norteamericano: la gran casa con jardín trasero, los niños sonrientes sin preocupaciones, la esposa perfecta y reluciente, el marido trabajador y severo. La señora Polly ( Paula Comadurán) es bella, amable y aparentemente feliz con la vida que lleva. En Mr. Bones encuentra un cómplice, es el símbolo del micro imperio que instaura cada que sale el marido de casa, entonces Mr. Bones ( ahora apodado Sparky ) la acompaña por toda la casa mientras ella hace sus quehaceres y le confiesa sus pesares : ambos han canjeado su libertad por las comodidades que da saber que se tiene un techo seguro, comida caliente y ropa limpia, las vacaciones cada verano y el gran jardín.
Cada empleo con quincena pagada, cada auto o casa pagados a mensualidades infinitas nos recuerda , como espectadores, a todo lo que hemos renunciado para convertirnos en " Sparky" y estar sujetados a ligas mientras nuestros dueños ( trabajo/ escuela/familia/conyuge) van y vienen a su gusto. En lo que nos hemos convertido, de qué forma nos hemos dejado castrar por la sociedad.
Aún así , la alegría de Mr. Bones radica en sentirse necesario para la familia de Polly, ya hasta Dick ( Carlos Rodríguez) ,el esposo, reacio al principio, lo trata con cariño al despedirse de él antes de irse de vacaciones.
Nietzsche dice al principio de su escrito sobre la historia, que el animal no sabe lo que es el ayer y el hoy y por tanto, vive sin hastío y sin dolor. En ese sentido , Mr. Bones le suelta una cachetada al buen Friedrich, nada es más doloroso para un perro que pasar tiempo alejado de sus dueños, sin intercambiar miradas, calores, sin disfrutar juntos de la sinfonía de olores. Al verse alejado de la familia de Polly , Mr. Bones huye del refugio donde le han puesto , esperanzado de reencontrarse con Willy en ese paraíso llamado Tombuctú donde a él sí le está permitido entrar y podrán conversar de tete a tete, sin diferencia entre especies o categorías dueño-mascota.
En estos días de adultos solteros con perrhijos, Señor Perro nos hace llegar a casa y abrazar al pequeño de cuatro patas que menea la cola al oír abrir la puerta, con el que tenemos más cosas en común que las diferencias por naturaleza.
Señor Perro, se presenta Lunes y Martes a las ocho de la noche el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque, tiene un costo de $150.00 y vale mucho la pena.
de Oscar Ángeles y Verónica Bujeiro
bajo la dirección de Gabriel Figueroa Pacheco
Diógenes de Sinope fue representado por Jean-León Geromé en 1860 , dentro de una tinaja con su inseparable lámpara y rodeado de perros. ¿ Que hace de los perros ser la única compañía de un hombre que renegaba de toda convención social ? ¿ Su lealtad, su autosuficiencia, su amor incondicional?
Señor Perro , adaptación libre de Tombuctú de Paul Auster hecha por Oscar Ángeles y Verónica Bujeiro bajo la dirección de Gabriel Figueroa Pacheco , plantea la respuesta en el escenario.
Willy G. Christmas emula a un Diógenes; al igual que el cínico de Sinope, hace de Mr. Bones su única compañía, renuncia a llevar una vida confortable , a formar una familia , tener una carrera, ser alguien respetable. Le queda una llave de casillero, una tos infernal y un perro dotado de una increíble autoconciencia.
Sergio Ramos Ruiz y Leonardo Ortizgris son los Willy y el Mr. Bones de Señor Perro. Sergio Ramos Ruiz pasa del vagabundo Willy al Willy de la Epifanía navideña o al Willy catrín residente en Tombuctú con tanta ligereza y naturalidad que hace olvidar que estamos en un espectáculo en vivo , sin segundas tomas ni teleprompters. Su voz aguerdientosa evidencia las malas pasadas de Willy, voz-cicatriz , voz-testigo, voz-refugio y voz-oráculo. Voz que resulta divina a ese pequeño ser llamado Mr. Bones, Herr Doktor, kemosabe, su interlocutor y confidente, quien parece entenderle a la perfección no sólo fonética y gramaticalmente, sino que alcanza un nivel de comprensión y empatía superior a la que pudiéramos tener entre humanos.
Mr. Bones teme la muerte próxima e ineludible de Willy, en estas últimas horas en las que se hallan perdidos en Baltimore buscando a la maestra de preparatoria Bea Swanson para que sea la albacea de los escritos willyeanos. Cada arranque de tos o somnolencia erizan los pelos de Leonardo Ortizgris/Mr Bones quien se sujeta a Willy como si se le fuera la vida en ello.
¿ Qué será de él a la muerte de Willy? Se repite constantemente " perro viejo no aprende truco nuevo, perro viejo no aprende truco nuevo" ¿ A quién ha de serle necesario? Por eso deben encontrar a la vieja Bea, para asegurarle techo y comida.
Y no fue así, sólo en sus sueños , Bea ( Paula Comadurán) se encuentra en el lecho de muerte con Willy . Sin Bea , Mr. Bones está destinado a correr, a huir del ruido de las patrullas, de los niños molestones, a conseguir su comida, está forzado a reavivar sus instintos perdidos tras la domesticación; entonces se encuentra a Henry Chow, el niño chino de buen corazón que lo lleva a casa para esconderlo , temeroso de sus padres. Jimena Montes de Oca encarna a un Henry alegre, juguetón, tierno y con una gran necesidad de dar y recibir afecto.
Después de huir de la casa de Henry, Mr. Bones va a dar al típico hogar clasemediero norteamericano: la gran casa con jardín trasero, los niños sonrientes sin preocupaciones, la esposa perfecta y reluciente, el marido trabajador y severo. La señora Polly ( Paula Comadurán) es bella, amable y aparentemente feliz con la vida que lleva. En Mr. Bones encuentra un cómplice, es el símbolo del micro imperio que instaura cada que sale el marido de casa, entonces Mr. Bones ( ahora apodado Sparky ) la acompaña por toda la casa mientras ella hace sus quehaceres y le confiesa sus pesares : ambos han canjeado su libertad por las comodidades que da saber que se tiene un techo seguro, comida caliente y ropa limpia, las vacaciones cada verano y el gran jardín.
Cada empleo con quincena pagada, cada auto o casa pagados a mensualidades infinitas nos recuerda , como espectadores, a todo lo que hemos renunciado para convertirnos en " Sparky" y estar sujetados a ligas mientras nuestros dueños ( trabajo/ escuela/familia/conyuge) van y vienen a su gusto. En lo que nos hemos convertido, de qué forma nos hemos dejado castrar por la sociedad.
Aún así , la alegría de Mr. Bones radica en sentirse necesario para la familia de Polly, ya hasta Dick ( Carlos Rodríguez) ,el esposo, reacio al principio, lo trata con cariño al despedirse de él antes de irse de vacaciones.
Nietzsche dice al principio de su escrito sobre la historia, que el animal no sabe lo que es el ayer y el hoy y por tanto, vive sin hastío y sin dolor. En ese sentido , Mr. Bones le suelta una cachetada al buen Friedrich, nada es más doloroso para un perro que pasar tiempo alejado de sus dueños, sin intercambiar miradas, calores, sin disfrutar juntos de la sinfonía de olores. Al verse alejado de la familia de Polly , Mr. Bones huye del refugio donde le han puesto , esperanzado de reencontrarse con Willy en ese paraíso llamado Tombuctú donde a él sí le está permitido entrar y podrán conversar de tete a tete, sin diferencia entre especies o categorías dueño-mascota.
En estos días de adultos solteros con perrhijos, Señor Perro nos hace llegar a casa y abrazar al pequeño de cuatro patas que menea la cola al oír abrir la puerta, con el que tenemos más cosas en común que las diferencias por naturaleza.
Señor Perro, se presenta Lunes y Martes a las ocho de la noche el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque, tiene un costo de $150.00 y vale mucho la pena.
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